Departamento de Liturgia del Arzobispado de Santiago
 
 
 
Eucaristía del Domingo 17 de Marzo de 2024
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Domingo quinto de Cuaresma
Salterio I
Color: morado

INTRODUCCIÓN

El Profeta Jeremías anunció que después de haber realizado diferentes alianzas con su pueblo, Dios nos ofrecerá una nueva, en la cual Él se dará a conocer en íntima comunión con el hombre. La profecía se cumplirá en Cristo que sellará la nueva y definitiva alianza y lo hará con su sangre redentora. Cristo es la nueva Alianza. Con Él, es Dios definitivamente nuestro Dios y nosotros su pueblo. Como en la Alianza antigua, también aquí hay un sacrificio que la sella y la confirma: el de Cristo mismo. Era necesario que Cristo muriera, como el grano de trigo, para que nosotros tuviésemos vida. Juan y el autor de la carta a los Hebreos, nos describen la oración del Huerto. La angustia queda superada en ella con la decisión de entregarse a la voluntad del Padre. Sólo cuando el hombre no se busca a sí mismo, es glorificado el Padre.

La muerte de Cristo fue su gloria, porque hace conocer al mundo el amor infinito y misericordioso del Padre Celeste. Reconocer a Cristo como Salvador, significa vivir en Él y para Él.

Antífona de entrada             Cf. Sal 42, 1-2 

Hazme justicia, Señor, y defiende mi causa contra la gente sin piedad: líbrame del hombre falso y perverso, Señor, porque tú eres mi Dios, mi fortaleza. 

ORACIÓN COLECTA

Señor y Dios nuestro, te rogamos que tu gracia nos conceda participar generosamente de aquel amor que llevó a tu Hijo a entregarse a la muerte por la salvación del mundo. Por nuestro Señor Jesucristo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos. 


PRIMERA LECTURA

Estableceré una nueva alianza y no me acordaré más de su pecado.

Lectura del libro de Jeremías 31, 31-34

Llegarán los días -oráculo del Señor- en que estableceré una nueva Alianza con la casa de Israel y la casa de Judá. No será como la Alianza que establecí con sus padres el día en que los tomé de la mano para hacerlos salir del país de Egipto, mi Alianza que ellos rompieron, aunque Yo era su dueño -oráculo del Señor-.

Ésta es la Alianza que estableceré con la casa de Israel, después de aquellos días -oráculo del Señor-: pondré mi Ley dentro de ellos, y la escribiré en sus corazones; Yo seré su Dios y ellos serán mi Pueblo.

Y ya no tendrán que enseñarse mutuamente, diciéndose el uno al otro: Conozcan al Señor. Porque todos me conocerán, del más pequeño al más grande -oráculo del Señor-. Porque Yo habré perdonado su iniquidad y no me acordaré más de su pecado.

SALMO RESPONSORIAL   50, 3-4. 12-15

R/. Crea en mí, Dios mío, un corazón puro.

¡Ten piedad de mí, Señor, por tu bondad, por tu gran compasión, borra mis faltas! ¡Lávame totalmente de mi culpa y purifícame de mi pecado!

Crea en mí, Dios mío, un corazón puro, y renueva la firmeza de mi espíritu. No me arrojes lejos de tu presencia ni retires de mí tu santo espíritu.

Devuélveme la alegría de tu salvación, que tu espíritu generoso me sostenga: yo enseñaré tu camino a los impíos y los pecadores volverán a ti.

SEGUNDA LECTURA

Aprendió qué significa obedecer y llegó a ser causa de salvación eterna.

Lectura de la carta a los Hebreos 5, 7-9

Hermanos:

Cristo dirigió durante su vida terrena súplicas y plegarias, con fuertes gritos y lágrimas, a Aquél que podía salvarlo de la muerte, y fue escuchado por su humilde sumisión. Y aunque era Hijo de Dios, aprendió por medio de sus propios sufrimientos qué significa obedecer. De este modo, Él alcanzó la perfección y llegó a ser causa de salvación eterna para todos los que le obedecen.

ACLAMACIÓN AL EVANGELIO Jn 12, 26

El que quiera servirme, que me siga, y donde Yo esté, estará también mi servidor, dice el Señor.

EVANGELIO

Si el grano de trigo que cae en tierra muere, da mucho fruto.

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan 12, 20-33

Había unos griegos que habían subido a Jerusalén para adorar a Dios durante la fiesta de Pascua. Estos se acercaron a Felipe, el de Betsaida de Galilea, y le dijeron: Señor, queremos ver a Jesús. Felipe fue a decírselo a Andrés, y ambos se lo dijeron a Jesús. Él les respondió:

Ha llegado la hora en que el Hijo del hombre va a ser glorificado. Les aseguro que si el grano de trigo que cae en la tierra no muere, queda solo; pero si muere, da mucho fruto.

El que tiene apego a su vida la perderá; y el que no está apegado a su vida en este mundo, la conservará para la Vida eterna.

El que quiera servirme que me siga, y donde Yo esté, estará también mi servidor.

El que quiera servirme, será honrado por mi Padre. Mi alma ahora está turbada. ¿Y qué diré: “Padre, líbrame de esta hora”? ¡Si para eso he llegado a esta hora! ¡Padre, glorifica tu Nombre!

Entonces se oyó una voz del cielo: Ya lo he glorificado y lo volveré a glorificar.

La multitud, que estaba presente y oyó estas palabras, pensaba que era un trueno. Otros decían: Le ha hablado un ángel.

Jesús respondió:

Esta voz no se oyó por mí, sino por ustedes. Ahora ha llegado el juicio de este mundo, ahora el Príncipe de este mundo será arrojado afuera; y cuando Yo sea levantado en alto sobre la tierra, atraeré a todos hacia mí.

Credo 


Oración Universal

Oremos, amados hermanos, y pidamos la misericordia del Señor para que, compadecido de su pueblo penitente, escuche nuestras plegarias:

Para que el Redentor del mundo, que se entregó a la muerte para vivificar a su pueblo, libere a la Iglesia de todo mal, roguemos al Señor.

Para que el Redentor del mundo, que oró en la cruz por quienes lo crucificaban, interceda ante del Padre por los pecadores, roguemos al Señor.

Para que el Redentor del mundo, que experimentó en la cruz el sufrimiento y la angustia, se compadezca de los que sufren, les dé fortaleza y paciencia y ponga fin a sus dolores, roguemos al Señor.

Para que el Redentor del mundo, a nosotros sus siervos, que en estos días nos disponemos a recordar con veneración su cruz, nos reconforte con la fuerza de su resurrección, roguemos al Señor.

Escucha, Padre, las súplicas de tu Hijo, que, para establecer la alianza nueva y eterna, se hizo obediente hasta la muerte de cruz; haz que, a través de las pruebas de la vida, sepamos participar íntimamente de su pasión y alcanzando la fecundidad del grano que muere, merezcamos ser reunidos, como cosecha buena, en los graneros de tu reino. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS 

Escúchanos, Dios todopoderoso, y por este sacrificio purifica a estos hijos tuyos que has iniciado en la fe cristiana. Por Jesucristo, nuestro Señor. 

PREFACIO 

En verdad es justo bendecir tu nombre, Padre rico en misericordia, ahora que, en nuestro itinerario hacia la luz pascual, seguimos los pasos de Cristo, maestro y modelo de la humanidad reconciliada en el amor. 

Tú abres a la Iglesia el camino de un nuevo éxodo a través del desierto cuaresmal, para que, llegados a la montaña santa, con el corazón arrepentido y humillado reavivemos nuestra vocación de pueblo de la alianza convocado para bendecir tu nombre, escuchar tu Palabra y experimentar con gozo tus maravillas. 

Por estos signos de salvación, unidos a los ángeles, ministros de tu gloria, proclamamos el canto de tu alabanza:

Santo, Santo, Santo …

Antífona de comunión Jn 12, 24

Les aseguro que si el grano de trigo que cae en la tierra no muere, queda solo; pero si muere, da mucho fruto. 

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN 

Dios todopoderoso, concédenos que podamos contarnos siempre entre los miembros de Cristo, cuyo Cuerpo y Sangre hemos recibido. Que vive y reina por los siglos de los siglos. 


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