Departamento de Liturgia del Arzobispado de Santiago
 
 
 
Eucaristía del Domingo 19 de Febrero de 2023
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Domingo séptimo del tiempo ordinario 

Salterio III

Color: verde

INTRODUCCIÓN

El mandamiento del amor de Nuestro Señor Jesucristo, no conoce restricciones, ni excepciones. El mandamiento del amor es universal y se dirige a todos los hombres. 

El amor al prójimo al cual estamos llamados, tiene una medida y es la medida del amor que Cristo tiene por nosotros. Estamos invitados a amar por el amor de Dios, por los mismos motivos del Señor; es decir, de manera desinteresada, con amor purísimo, sin sombra de compensación. Amarnos como hermanos, con un amor que busca el bien de quien se ama y no el propio bien. Amar como Dios, que no busca el bien en la persona que ama, sino que crea el bien en ella, amándola. Cristo en su mandamiento del amor eleva el amor al prójimo al mismo nivel del amor a Dios. 

Cuando el Señor Jesús nos invita a poner la otra mejilla, no está justificando el mal ni menos animar la violencia, sino que más bien mira a recuperar al violento con una actitud que lo haga comprender que está abusando del otro. A los discípulos de Cristo no se nos exhorta a ser débiles, sino que dar prueba de una fortaleza, que vence al mal con el bien; un triunfo sufrido pero que a la larga da frutos de salvación.

Antífona de entrada             Cf. Sal 12, 6 

Señor, yo confío en tu misericordia: que mi corazón se alegre porque me salvaste. Cantaré al Señor, porque me ha favorecido. 

Gloria

ORACIÓN COLECTA

Concédenos, Dios todopoderoso, que, meditando sin cesar las realidades espirituales, llevemos a la práctica, en palabras y obras, cuanto es de tu agrado. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos. 


PRIMERA LECTURA

Amarás a tu prójimo como a ti mismo.

Lectura del libro del Levítico    19, 1-2. 17-18

El Señor dijo a Moisés:

Habla en estos términos a toda la comunidad de Israel:

Ustedes serán santos, porque Yo, el Señor su Dios, soy santo.

No odiarás a tu hermano en tu corazón; deberás reprenderlo convenientemente, para no cargar con un pecado a causa de él.

No serás vengativo con tus compatriotas ni les guardarás rencor. Amarás a tu prójimo como a ti mismo.

Yo soy el Señor.

SALMO RESPONSORIAL   102, 1-4. 8. 10. 12-13

R/. El Señor es bondadoso y compasivo.

Bendice al Señor, alma mía, que todo mi ser bendiga a su santo Nombre; bendice al Señor, alma mía, y nunca olvides sus beneficios.

Él perdona todas tus culpas y sana todas tus dolencias; rescata tu vida del sepulcro, te corona de amor y de ternura.

El Señor es bondadoso y compasivo, lento para enojarse y de gran misericordia; no nos trata según nuestros pecados ni nos paga conforme a nuestras culpas.

Cuanto dista el oriente del occidente, así aparta de nosotros nuestros pecados. Como un padre cariñoso con sus hijos, así es cariñoso el Señor con sus fieles.

SEGUNDA LECTURA

Todo es de ustedes, pero ustedes son de Cristo y Cristo es de Dios.

Lectura de la primera carta del Apóstol san Pablo a los cristianos de Corinto 3, 16-23

Hermanos:

¿No saben que ustedes son templo de Dios y que el Espíritu de Dios habita en ustedes? Si alguno destruye el templo de Dios, Dios lo destruirá a él. Porque el templo de Dios es sagrado, y ustedes son ese templo.

¡Que nadie se engañe! Si alguno de ustedes se tiene por sabio en este mundo, que se haga insensato para ser realmente sabio. Porque la sabiduría de este mundo es locura delante de Dios. En efecto, dice la Escritura: Él sorprende a los sabios en su propia astucia, y además: El Señor conoce los razonamientos de los sabios y sabe que son vanos.

En consecuencia, que nadie se gloríe en los hombres, porque todo les pertenece a ustedes: Pablo, Apolo o Cefas, el mundo, la vida, la muerte, el presente o el futuro. Todo es de ustedes, pero ustedes son de Cristo y Cristo es de Dios.

ACLAMACIÓN AL EVANGELIO   1 Jn 2,5

Aleluya.

En aquél que cumple la palabra de Cristo, el amor de Dios ha llegado verdaderamente a su plenitud. Aleluya.

EVANGELIO

Amen a sus enemigos.

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo   5, 38-48

Jesús dijo a sus discípulos:

Ustedes han oído que se dijo: Ojo por ojo y diente por diente. Pero Yo les digo que no hagan frente al que les hace mal: al contrario, si alguien te da una bofetada en la mejilla derecha, preséntale también la otra. Al que quiere hacerte un juicio para quitarte la túnica, déjale también el manto; y si te exige que lo acompañes un kilómetro, camina dos con él.

Da al que te pide, y no le vuelvas la espalda al que quiere pedirte algo prestado.

Ustedes han oído que se dijo: Amarás a tu prójimo y odiarás a tu enemigo. Pero Yo les digo: Amen a sus enemigos, rueguen por sus perseguidores; así serán hijos del Padre que está en el cielo, porque Él hace salir el sol sobre malos y buenos y hace caer la lluvia sobre justos e injustos.

Si ustedes aman solamente a quienes los aman, ¿qué recompensa merecen? ¿No hacen lo mismo los publicanos? Y si saludan solamente a sus hermanos, ¿qué hacen de extraordinario? ¿No hacen lo mismo los paganos?

Por lo tanto, sean perfectos como es perfecto el Padre que está en el cielo.

Credo


Oración de los fieles

Invoquemos, hermanos, a Dios todopoderoso con una oración tan pura y humilde, que merezca obtener lo que pedimos:

Por la santa Iglesia, extendida de Oriente a Occidente: para que el Señor la mantenga firme y confiada en medio de las contrariedades y tentaciones del mundo, roguemos al Señor.

Por los que tienen autoridad en el mundo, para que bajo su gobierno podamos vivir en paz y concordia glorificando a Cristo, nuestra esperanza, roguemos al Señor.

Por los que nos desprecian a causa de nuestra fe y por los que persiguen a la Iglesia: para que el Señor les conceda encontrar la verdad, roguemos al Señor.

Por los que estamos aquí reunidos en el nombre del Señor y por aquellos por los que queremos orar, para que Dios nos conceda perseverar en la fe y nos reúna un día a todos en su reino, roguemos al Señor.

Dios nuestro, que has revelado la fuerza de tu amor en tu Hijo, burlado y humillado en la cruz, escucha nuestras oraciones, haznos dóciles a la voz de tu Espíritu, rompe las cadenas de la violencia y del odio y haz que trabajemos con valentía para que el bien triunfe sobre el mal dando así testimonio de tu Evangelio de paz. Por Jesucristo, nuestro Señor.

ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS 

Al celebrar estos misterios con la debida reverencia, te suplicamos, Señor, que los dones ofrecidos para tu gloria nos obtengan la salvación. Por Jesucristo, nuestro Señor. 

Antífona de comunión Sal 9, 2-3

Proclamaré todas tus maravillas; quiero alegrarme y regocijarme en ti y cantar himnos a tu nombre, Altísimo. 

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN 

Dios todopoderoso, concédenos alcanzar la salvación eterna, cuyo anticipo hemos recibido en este sacramento. Por Jesucristo, nuestro Señor. 


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