Departamento de Liturgia del Arzobispado de Santiago
 
 
 
Eucaristía del Viernes 15 de Marzo de 2024
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Viernes de la cuarta semana de Cuaresma
Feria
Color: morado

Antífona de entrada             Sal 53, 3-4 

Dios mío, sálvame por tu nombre, defiéndeme con tu poder. Dios mío, escucha mi súplica, presta atención a las palabras de mi boca.

ORACIÓN COLECTA

Señor Dios nuestro, que has preparado remedios abundantes para nuestra fragilidad, concédenos experimentar tu salvación con alegría y manifestarla con una vida santa. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.


PRIMERA LECTURA

Condenémoslo a una muerte infame.

Lectura del libro de la Sabiduría    2, 1a. 12-22

Los impíos dicen entre sí, razonando equivocadamente: “Tendamos trampas al justo, porque nos molesta y se opone a nuestra manera de obrar; nos echa en cara las transgresiones a la Ley y nos reprocha las faltas contra la enseñanza recibida. Él se gloría de poseer el conocimiento de Dios y se llama a sí mismo hijo del Señor.

Es un vivo reproche contra nuestra manera de pensar y su sola presencia nos resulta insoportable, porque lleva una vida distinta de los demás y va por caminos muy diferentes.

Nos considera como algo viciado y se aparta de nuestros caminos como de las inmundicias. Él proclama dichosa la suerte final de los justos y se jacta de tener por padre a Dios.

Veamos si sus palabras son verdaderas y comprobemos lo que le pasará al final. Porque si el justo es hijo de Dios, Él lo protegerá y lo librará de las manos de sus enemigos. Pongámoslo a prueba con ultrajes y tormentos, para conocer su temple y probar su paciencia. Condenémoslo a una muerte infame, ya que él asegura que Dios lo visitará”.

Así razonan ellos, pero se equivocan, porque su malicia los ha enceguecido. No conocen los secretos de Dios, no esperan retribución por la santidad, ni valoran la recompensa de las almas puras.

SALMO RESPONSORIAL    33, 17-21. 23

R/El Señor está cerca del que sufre.

El Señor rechaza a los que hacen el mal para borrar su recuerdo de la tierra. Cuando ellos claman, el Señor los escucha y los libra de todas sus angustias. 

El Señor está cerca del que sufre y salva a los que están abatidos. El justo padece muchos males, pero el Señor lo libra de ellos.

Él cuida todos sus huesos, no se quebrará ni uno solo. Pero el Señor rescata a sus servidores, y los que se refugian en Él no serán castigados.

VERSÍCULO ANTES DEL EVANGELIO     Mt 4, 4b

El hombre no vive solamente de pan, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.

EVANGELIO

Quisieron detenerlo, pero todavía no había llegado su hora.

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan   7, 1-2. 10. 14. 25-30

Jesús recorría la Galilea; no quería transitar por Judea porque los judíos intentaban matarlo.

Se acercaba la fiesta judía de las Chozas. Cuando sus hermanos subieron para la fiesta, también Él subió, pero en secreto, sin hacerse ver. Promediaba ya la celebración de la fiesta, cuando Jesús subió al Templo y comenzó a enseñar.

Algunos de Jerusalén decían: “¿No es éste Aquél a quien querían matar? ¡Y miren como habla abiertamente y nadie le dice nada! ¿Habrán reconocido las autoridades que es verdaderamente el Mesías? Pero nosotros sabemos de dónde es éste; en cambio, cuando venga el Mesías, nadie sabrá de dónde es”.

Entonces Jesús, que enseñaba en el Templo, exclamó: “¿Así que ustedes me conocen y saben de dónde soy?

Sin embargo, Yo no vine por mi propia cuenta; pero el que me envió dice la verdad, y ustedes no lo conocen.

Yo sí lo conozco, porque vengo de Él y es Él el que me envió”.

Entonces quisieron detenerlo, pero nadie puso las manos sobre Él, porque todavía no había llegado su hora.


ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS 

Dios todopoderoso, te pedimos que, purificados por tu inmenso poder, este sacrificio que celebramos nos haga llegar hasta ti interiormente limpios. Por Jesucristo, nuestro Señor. 

Antífona de comunión         Ef 1, 7 

En Cristo hemos sido redimidos por su Sangre y hemos recibido el perdón de los pecados, según la riqueza de su gracia. 

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN 

Concédenos, Padre, que así como pasamos de lo antiguo a lo nuevo, renunciando al pecado, recibamos en nuestro corazón la vida de tu gracia. Por Jesucristo, nuestro Señor. 


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