Departamento de Liturgia del Arzobispado de Santiago
 
 
 
Eucaristía del Sábado 17 de Febrero de 2024
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Sábado después de Ceniza
Color: morado
Antífona de entrada             Cf. Sal 68, 17
Respóndeme, Señor, por tu bondad y tu amor, por tu gran compasión, vuélvete hacia mí. 

ORACIÓN COLECTA

Dios todopoderoso y eterno, mira compasivo nuestra debilidad y, para protegernos, extiende sobre nosotros tu mano poderosa. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos. 


PRIMERA LECTURA

Si ofreces tu pan al hambriento, tu oscuridad será como el mediodía.

Lectura del libro de Isaías     58, 9b-14

Así habla el Señor:

Éste es el ayuno que Yo amo:

Si eliminas de ti todos los yugos, el gesto amenazador y la palabra maligna; si ofreces tu pan al hambriento y sacias al que vive en la penuria, tu luz se alzará en las tinieblas y tu oscuridad será como el mediodía. El Señor te guiará incesantemente, te saciará en los ardores del desierto y llenará tus huesos de vigor; tú serás como un jardín bien regado, como una vertiente de agua, cuyas aguas nunca se agotan.

Reconstruirás las ruinas antiguas, restaurarás los cimientos seculares, y te llamarán "Reparador de brechas", "Restaurador de moradas en ruinas".

Si dejas de pisotear el sábado, de hacer tus negocios en mi día santo; si llamas al sábado "Delicioso" y al día santo del Señor "Honorable"; si lo honras absteniéndote de traficar, de entregarte a tus negocios y de hablar ociosamente, entonces te deleitarás en el Señor; Yo te haré cabalgar sobre las alturas del país y te alimentaré con la herencia de tu padre Jacob, porque ha hablado la boca del Señor.

SALMO RESPONSORIAL       85, 1-6

R/. ¡Enséñame tu camino, Señor!

Inclina tu oído, Señor, respóndeme, porque soy pobre y miserable; protégeme, porque soy uno de tus fieles, salva a tu servidor que en ti confía.

Tú eres mi Dios: ten piedad de mí, Señor, porque te invoco todo el día; reconforta el ánimo de tu servidor, porque a ti, Señor, elevo mi alma.

Tú, Señor, eres bueno e indulgente, rico en misericordia con aquéllos que te invocan: ¡atiende, Señor, a mi plegaria, escucha la voz de mi súplica!

VERSÍCULO ANTES DEL EVANGELIO       Ez 33, 11

“Yo no deseo la muerte del malvado, sino que se convierta y viva”, dice el Señor.

EVANGELIO

Yo no he venido a llamar a justos, sino a pecadores, para que se conviertan.

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas    5, 27-32

Jesús salió y vio a un publicano llamado Leví, que estaba sentado junto a la mesa de recaudación de impuestos, y le dijo: “Sígueme”. Él, dejándolo todo, se levantó y lo siguió.

Leví ofreció a Jesús un gran banquete en su casa. Había numerosos publicanos y otras personas que estaban a la mesa con ellos. Los fariseos y sus escribas murmuraban y decían a los discípulos de Jesús: “¿Por qué ustedes comen y beben con publicanos y pecadores?”

Pero Jesús tomó la palabra y les dijo: “No son los sanos los que tienen necesidad del médico, sino los enfermos. Yo no he venido a llamar a justos, sino a pecadores, para que se conviertan”.


ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS 

Acepta, Señor, este sacrificio de reconciliación y de alabanza, y concédenos que, purificados por su eficacia, te sea agradable el amor de nuestro corazón. Por Jesucristo, nuestro Señor. 

Antífona de comunión         Cf. Mt 9, 13

Quiero misericordia y no sacrificios, dice el Señor, porque yo no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores. 

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN 

Alimentados con el Pan del cielo, te pedimos, Padre, que este sacramento que celebramos en nuestra vida terrena nos ayude para la eternidad. Por Jesucristo, nuestro Señor. 


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