Departamento de Liturgia del Arzobispado de Santiago
 
 
 
Eucaristía del Lunes 20 de Agosto de 2018
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Lunes de la vigésima semana del tiempo ordinario
San Bernardo, abad, doctor de la Iglesia
Memoria obligatoria
Color: blanco

Bernardo (1090-1153), monje cisterciense, abad de Claraval, consejero de papas y reyes y predicador insigne, fue ante todo un hombre sediento de la soledad en oración y penitencia, a fin de penetrar en el Misterio de Dios.

Con motivo de los cismas que se produjeron en la Iglesia, recorrió Europa para restablecer la paz y la unidad.

Escribió también obras de teología y ascética, en las que se revela como un contemplativo para quien todo se resume en el amor.

Antífona de entrada

El Señor colmó a san Bernardo con el espíritu de entendimiento, para servir al pueblo de Dios con abundante doctrina.

ORACIÓN COLECTA

Dios nuestro, que encendiste al abad san Bernardo con el celo por tu casa e hiciste de él una lámpara que brillaba y ardía en tu Iglesia, concédenos por su intercesión que, animados por ese mismo espíritu, caminemos siempre como hijos de la luz. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.


PRIMERA LECTURA

Ezequiel habrá sido para ustedes un presagio: ustedes harán lo mismo que él hizo.

Lectura de la profecía de Ezequiel     24,15-24

La palabra del Señor me llegó en estos términos: “Hijo de hombre, Yo voy a arrebatarte de golpe la delicia de tus ojos, pero tú no te lamentarás, ni llorarás, ni derramarás lágrimas. Suspira en silencio, no hagas ninguna clase de duelo, cíñete el turbante, cálzate con sandalias, no te cubras la barba ni comas pan de duelo”.

Yo hablé al pueblo por la mañana, y por la tarde murió mi esposa; y a la mañana siguiente hice lo que se me había ordenado.

La gente me dijo: “¿No vas a explicarnos qué significa lo que haces?”

Yo les dije: “La palabra del Señor me llegó en estos términos: Di a la casa de Israel: Así habla el Señor: ‘Yo voy a profanar mi Santuario, el orgullo de su fuerza, la delicia de sus ojos y la esperanza de sus vidas. Los hijos y las hijas que ustedes han dejado, caerán bajo la espada, y ustedes harán lo mismo que Yo: no se cubrirán la barba, no comerán el pan de duelo, no se quitarán el turbante de la cabeza ni las sandalias de los pies, no se lamentarán, ni llorarán, sino que se consumirán a causa de sus culpas y gemirán unos con otros. Ezequiel habrá sido para ustedes un presagio: ustedes harán lo mismo que él hizo, y cuando esto suceda sabrán que Yo soy el Señor’”.

SALMO RESPONSORIAL   Deut 32, 18-21

R/. Despreciaste a la Roca que te engendró.

Despreciaste a la Roca que te engendró, olvidaste al Dios que te hizo nacer. Al ver esto, el Señor se indignó y desechó a sus hijos y a sus hijas.

Entonces dijo: Les ocultaré mi rostro, para ver en qué terminan. Porque son una generación perversa, hijos faltos de lealtad.

Provocaron mis celos con algo que no es Dios, me irritaron con sus ídolos vanos; Yo provocaré sus celos con algo que no es un pueblo, los irritaré con una nación insensata.

ACLAMACIÓN AL EVANGELIO     Mt 5,3

Aleluya.

Felices los que tienen alma de pobres, porque a ellos les pertenece el Reino de los Cielos. Aleluya.

EVANGELIO

Si quieres ser perfecto, vende todo lo que tienes: así tendrás un tesoro en el cielo.

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo    19,16-22

Se acercó un hombre a Jesús y le preguntó: “Maestro, ¿qué obras buenas debo hacer para conseguir la Vida eterna?”

Jesús le dijo: “¿Cómo me preguntas acerca de lo que es bueno? Uno solo es el Bueno. Si quieres entrar en la Vida eterna, cumple los Mandamientos”.

“¿Cuáles?”, preguntó el hombre. Jesús le respondió: “No matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no darás falso testimonio, honrarás a tu padre y a tu madre, y amarás a tu prójimo como a ti mismo”.

El joven dijo: “Todo esto lo he cumplido: ¿qué me queda por hacer?” “Si quieres ser perfecto, le dijo Jesús, ve, vende todo lo que tienes y dalo a los pobres: así tendrás un tesoro en el cielo.

Después, ven y sígueme”.

Al oír estas palabras, el joven se retiró entristecido, porque poseía muchos bienes.


ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS

Te ofrecemos, Señor, este sacramento de la unidad y de la paz en memoria del abad san Bernardo, que brilló por su palabra y sus obras y promovió con firmeza la concordia y la disciplina en tu Iglesia. Por Jesucristo, nuestro Señor.

Antífona de comunión        Cf. Jn 15, 9

Así como el Padre me amó, también yo los he amado a ustedes, dice el Señor; permanezcan en mi amor.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN

Te pedimos, Dios nuestro, que el alimento recibido en la conmemoración de san Bernardo produzca su fruto en nosotros, para que, fortalecidos por sus ejemplos y siguiendo sus enseñanzas, arda en nosotros el amor por tu Verbo encarnado. Que vive y reina por los siglos de los siglos.


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