Lunes de la vigesimocuarta semana del tiempo ordinario
Santísimo Nombre de María
Memoria libre
Color: blanco
En esta conmemoración del santísimo Nombre de María, Nuestra Señora, Madre de Dios y Madre de los hijos de Dios, se propone ante los ojos de los fieles, como figura de la Madre del Redentor, a quien piadosamente debemos invocar.
Antífona de entrada Cf. Jdt 13, 18. 19
El Señor, el Dios altísimo, te ha bendecido a ti, Virgen María, más que a todas las mujeres de la tierra. Él ha engrandecido tanto tu nombre, que los hombres no dejarán de alabarte.
ORACIÓN COLECTA
Concédenos, Dios todopoderoso, que la bienaventurada Virgen María, nos obtenga tu misericordia a quienes celebramos su glorioso nombre. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo, y es Dios, por los siglos de los siglos.
Primera lectura
Dios envió a su Hijo, nacido de una mujer
Lectura de la carta del Apóstol san Pablo a los cristianos de Galacia 4, 4-7
Hermanos:
Cuando se cumplió el tiempo establecido, Dios envió a su Hijo, nacido de una mujer y sujeto a la Ley, para redimir a los que estaban sometidos a la Ley y hacernos hijos adoptivos.
Y la prueba de que ustedes son hijos, es que Dios infundió en nuestros corazones el Espíritu de su Hijo, que clama a Dios llamándolo: ¡Abbá!, es decir, ¡Padre! Así, ya no eres más esclavo, sino hijo, y por lo tanto, heredero por la gracia de Dios.
Salmo responsorial Lc 1, 46-55
R/. El Señor hizo en mí maravillas: ¡gloria al Señor!
Mi alma canta la grandeza del Señor, y mi espíritu se estremece de gozo en Dios, mi Salvador, porque Él miró con bondad la pequeñez de su servidora. En adelante todas las generaciones me llamarán feliz.
Porque el Todopoderoso ha hecho en mí grandes cosas: ¡su Nombre es santo! Su misericordia se extiende de generación en generación sobre aquéllos que lo temen.
Desplegó la fuerza de su brazo, dispersó a los soberbios de corazón. Derribó a los poderosos de su trono y elevó a los humildes. Colmó de bienes a los hambrientos y despidió a los ricos con las manos vacías.
Socorrió a Israel, su servidor, acordándose de su misericordia, como lo había prometido a nuestros padres, a favor de Abraham y de su descendencia para siempre.
Aclamación al Evangelio
Aleluya.
¡Feliz de ti, Virgen María, por haber creído que se cumplirá lo que te fue anunciado de parte del Señor! Aleluya.
Evangelio
Feliz de ti por haber creído.
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas 1, 39-47
María partió y fue sin demora a un pueblo de la montaña de Judá. Entró en la casa de Zacarías y saludó a Isabel. Apenas ésta oyó el saludo de María, el niño saltó de alegría en su vientre, e Isabel, llena del Espíritu Santo, exclamó:
“¡Tú eres bendita entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo, para que la madre de mi Señor venga a visitarme? Apenas oí tu saludo, el niño saltó de alegría en mi vientre. Feliz de ti por haber creído que se cumplirá lo que te fue anunciado de parte del Señor”.
María dijo entonces: “Mi alma canta la grandeza del Señor y mi espíritu se estremece de gozo en Dios, mi Salvador”.
ORACIÓN SOBRE LAS OFRENDAS
Te pedimos, Señor, que la intercesión de la siempre Virgen María, acompañe nuestras ofrendas, y que la veneración de su santísimo nombre nos haga agradables a ti. Por Jesucristo, nuestro Señor.
PREFACIO
PLEGARIA EUCARÍSTICA
(Ver Ordinario de la Misa)
RITO DE LA COMUNIÓN
(Ver Ordinario de la Misa)
Antífona de comunión Cf. Lc 1, 48
Me llamarán feliz todas las generaciones, porque Dios miró con bondad la pequeñez de su servidora.
ORACIÓN DESPUÉS DE LA COMUNIÓN
Te pedimos, Padre, alcanzar la gracia de tu bendición por medio de María, la Madre de Dios, para que cuantos celebramos su nombre recibamos su auxilio en todas las necesidades. Por Jesucristo, nuestro Señor.
RITO DE CONCLUSIÓN
(Ver Ordinario de la Misa)